El último viernes de noviembre, que este 2025 coincide con el día 28, se invita a reflexionar antes de comprar, promoviendo así un consumo más consciente y sostenible en lugar de las compras impulsivas
Mientras el Black Friday se ha consolidado como una de las temporadas de mayores ventas del año, el Green Friday surge como una alternativa crítica que invita a reflexionar sobre los efectos ambientales y sociales del consumismo.
Ambos conceptos, aunque comparten el calendario de finales de noviembre, representan posturas contrarias sobre la forma en que las sociedades adquieren y utilizan bienes.
El término “black friday” nació en Filadelfia alrededor de 1961 para describir el tráfico masivo que se generaba al día siguiente de Acción de Gracias. Posteriormente también comenzó a usarse para referirse al momento en que los comercios pasaban de números rojos a números negros gracias al incremento en las ventas.
La expresión se popularizó a mediados de los años 60 y, para 1975, ya se había extendido por todo Estados Unidos. Su adopción global lo convirtió en una fecha clave del comercio minorista y en 2011 llegó a México bajo el nombre de Buen Fin, impulsado por el sector empresarial y bancario.
En contraposición, el Green Friday o Día de No Comprar Nada nació en 1992, cuando el artista Ted Daved lo propuso en Vancouver como una jornada de reflexión frente al consumo excesivo.
En 1997, la revista “Adbusters” relanzó la iniciativa, aunque en el 2000 la mayoría de las grandes cadenas televisivas estadounidenses, excepto CNN, rechazaron los anuncios que promovían esta alternativa.
Su mensaje logró expandirse hacia decenas de países y hoy se conmemora en alrededor de 65. Este año, la fecha coincide con el 28 de noviembre.
Las campañas vinculadas al Green Friday han adquirido, además, un matiz social, pues no solo critican el impacto ambiental del consumo desmedido, sino también las condiciones laborales precarias que pueden acompañar la producción masiva. Activistas señalan que el 20 por ciento de la población mundial, ubicada en los países más ricos, consume el 80 por ciento de los recursos naturales, generando una distribución desigual de la riqueza y aumentando la presión sobre los ecosistemas.
El movimiento recuerda que la felicidad no depende de los objetos adquiridos y que repensar el consumo es fundamental para reducir el daño ambiental.
El impacto del consumo en México
Datos de la investigación “El consumo en México y sus impactos en el cambio climático: ¿cómo avanzar hacia el consumo responsable?”, elaborada por el ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara y Greenpeace, indican que un hogar mexicano promedio destina más de 10 mil pesos mensuales a bienes y servicios.
Sin embargo, la distribución del gasto es profundamente desigual: los hogares con mayores recursos consumen hasta 18 veces más que los de menores ingresos, lo que se refleja en una huella ambiental proporcionalmente mayor.
Entre los rubros con más gasto destacan alimentos como carnes y cereales; transporte y servicios automotrices; educación y entretenimiento; además de vivienda, electricidad y combustibles. Estas categorías se asocian con un alto nivel de emisiones y presión ambiental.
La huella ecológica del país también muestra una tendencia creciente: pasó de 1.86 hectáreas por persona en 1961 a 2.55 en 2014. México ocupa el 58o. lugar en consumo total de carne, con 64.8 kilogramos anuales por persona, cifra cuatro veces superior al límite recomendado para un consumo sostenible, lo que contribuye a la deforestación y a un uso intensivo de agua.
Un llamado a la reflexión
Frente al impulso consumista del Black Friday y del Buen Fin, el Green Friday propone una pausa.
La iniciativa invita a la ciudadanía a evitar compras innecesarias y a analizar críticamente los mensajes publicitarios que promueven adquirir más de lo que se requiere.
En un contexto de creciente presión sobre los ecosistemas, renunciar, aunque sea por un día, a la compra compulsiva es un ejercicio de responsabilidad ambiental y social.
En el marco de este 28 de noviembre, organizaciones ecologistas reiteran que la sostenibilidad empieza por decisiones cotidianas y que repensar el consumo es un paso indispensable para reducir el impacto que individuos y sociedades tienen sobre el planeta.
Acciones importantes durante el Green Friday
*Reflexionar antes de comprar.
*Elegir productos nacionales.
*Optar por opciones sostenibles.
*Evitar compras innecesarias.
Trashing: ¡Aguas con los papeles y empaques que tiras a la basura!
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