Tras una pandemia que incentivó el uso de la tecnología, es importante crear espacios seguros para los menores en Internet
“Si queremos que nuestros hijos pasen menos tiempo en el espacio digital, tenemos que mejorar los espacios presenciales, darnos el tiempo de jugar y de hablar de temas que a ellos les interesan”. Cristina Fortuny, Escritora
Aunque son varios los actores que tienen que intervenir para lograr que los videojuegos sean un espacio seguro para los menores de edad, la autora del libro “Crecer entre pantallas”, Cristina Fortuny, da una serie de consejos para que los niños puedan identificar los peligros ante los que se encuentran.
Lo primero que se debe tomar en cuenta es qué tipo de juego o contenido están viendo, ya que, así como hay juegos que incentivan su creatividad, hay otros que les permiten interactuar con desconocidos y los ponen en riesgo de ser víctimas de algún delito.
“Los videojuegos no son malos, hay videojuegos que les enseñan a construir cosas, desarrollan su creatividad, trabajan en equipo, colaboran (…) desarrollan cosas positivas para su aprendizaje. Todo es un poco de sentido común: si veo que mi hijo usa la tecnología todo el tiempo, entonces deja de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que también son importantes, como la actividad física, que debemos estar conscientes de que el cuerpo, para crecer sano, necesita movimiento, entonces, tenemos que lograr un equilibrio para que no se vuelvan una adicción”.
En cuanto a los juegos en línea, en los que pueden interactuar con otras personas, la autora de origen venezolano radicada en Querétaro recomienda hablar con los pequeños sobre la información que pueden dar.
“Son varios actores los que tiene que intervenir: primero, las empresas tecnológicas, que tienen que trabajar para que esos espacios sean seguros y ya hay países como Inglaterra en que a nivel legislativo se tienen programas para exigir a las empresas que desarrollan videojuegos que si van a dirigir sus productos a menores de edad, tienen que asegurarse de que estos espacios sean seguros (…) como papás también podemos realizar algunas acciones, como configurar todas las opciones de restricción y seguridad que ya traen los aparatos y platicar con nuestros hijos sobre los peligros que existen al hablar con un desconocido, aunque sea por medio de una consola o un aparato”.
Creando espacios seguros
- Tomarse el tiempo de realizar todas las configuraciones parentales
Cuando son niños pequeños, sí hay que tomarse el tiempo de configurar todas las opciones que ya existen dentro de los aparatos sobre qué juegos se pueden jugar, con quiénes se pueden comunicar y, por más lógico que parezca, sobre si pueden realizar compras en línea.
- Brindarles herramientas de autocuidado
Se debe dejar bien claro a los pequeños qué información les pueden dar a desconocidos, y que, aunque estos espacios fueron hechos para conocer e interactuar con personas, nunca estarán 100 por ciento seguros de quién está detrás de la pantalla.
“Explicarles que así como hay conocidos buenos, hay conocidos malos, porque muchas veces los casos de abuso sexual se dan por gente conocida, también hay desconocidos buenos y desconocidos malos, y lo que tienen que hacer para protegerse es identificar cualquier señal de alerta; por ejemplo, si uno va a comprar tacos, lo único que puedo hablar con el que los vende es lo relacionado con los tacos: cuánto cuestan, de qué son, con qué los sirven; no me debe preguntar en dónde vivo o quiénes son mis papás, porque eso ya me debe alertar y debo comunicárselo a mis padres. Entonces deben tener claro que lo único que deben hablar cuando juegan es lo que tiene que ver con los videojuegos”.
- Explicarles que sus papás siempre los van a proteger
Muchos delincuentes usan los secretos para chantajear a los niños porque estos secretos son la manera que tienen para aislar al menor de la gente que lo puede proteger.
- Llevar una buena comunicación
Otra señal de alerta es cuando hay preguntas sobre si se quedan solos en casa, si sus padres revisan continuamente su celular o si alguien más juega con esa consola o aparato, porque esas preguntas las usan los delincuentes para detectar a las víctimas.
“Yo siempre les digo a los niños: ‘Aunque estén solos, nunca digan que están solos’, y si llega a salir, por más mínimo o tonto que sea, algo relacionado con sexualidad, pueden estar seguros de que están en peligro y que estas personas tienen malas intenciones. En lo digital tampoco se habla de la pijama, ni de ninguna prenda de ropa, porque eso puede dar pie a conversaciones sexuales”.
La primera infancia, mientras más lejos de la pantalla, mejor
Aunque la pandemia metió a todos a casa a realizar sus actividades cotidianas a través de una pantalla, la autora recomendó priorizar las actividades presenciales para los más pequeños.
“Si estamos hablando de la primera infancia, que de hecho fue lo que más se dificultó en la pandemia porque ¿cómo enseñas a un niño de prescolar a través de una pantalla?, esas edades no aprenden así y en este caso mi recomendación es que se dé prioridad a lo presencial, porque en esa etapa se desarrollan habilidades muy importantes, que son los cimientos de esa personita y que ya no se pueden desarrollar después como la motricidad fina y los procesos de lectoescritura; en esa etapa se recomienda que estén afuera, conviviendo con otros niños, al aire libre, jugando con plastilina”.
‘Tip’:
“Cuando tienen adolescentes, yo siempre les digo a los papás: ‘Recuerden cuando ustedes estaban en esa etapa, lo que más disfrutaban era hablar todo el tiempo con sus amigos y hoy en día la tecnología lo hizo posible’ (…) entonces nos toca ser muy empáticos y mantener la comunicación con nuestros hijos; sin caer en la permisibidad, tenemos que encontrar un balance en el que puedan disfrutar de sus amigos, que puedan platicar con ellos, verlos en redes sociales, jugar, pero también deben cumplir con las labores académicas, con las labores de la casa, que ayuden en la casa y que duerman lo que tienen que dormir, comer a sus horas y lo que tienen que comer”.