
Después del primer año de la pandemia de COVID-19, la Unicef enfatizó que para evitar “una generación perdida” es indispensable que las niñas, niños y adolescentes puedan volver a las escuelas

Pandemia y pobreza
Según un informe publicado a finales del año pasado, la cantidad de niñas y niños que viven en hogares pobres podría incrementarse hasta en 140 millones. Además, la Unicef prevé que la pobreza infantil crecerá 15 por ciento en las naciones en desarrollo. “Antes de la pandemia, el conflicto, la pobreza, la desnutrición y el cambio climático ya estaban provocando un drástico aumento en el número de niños que necesitaban asistencia. La COVID-19 está empeorando aún más la situación”, explicó el organismo de la ONU.Salud infantil, en riesgo
Como consecuencia de la suspensión de campañas de vacunación contra el sarampión en 26 países del planeta, más de 94 millones de niñas, niños y adolescentes corren el riesgo de no recibir la vacuna contra dicha enfermedad. “Hasta noviembre de 2020, entre 6 y 7 millones adicionales de niñas y niños menores de cinco años podrían haber sufrido desnutrición aguda en lo que iba del año, elevando la cifra total a 54 millones de niñas y niños con adelgazamiento extremo. Se trata de un aumento de 14 por ciento que podría traducirse en más de 10 mil muertes adicionales, sobre todo en África Subsahariana y Asia Meridional. Además, la disminución de 40 por ciento en los servicios de nutrición dirigidos a niñas, niños y mujeres podría empeorar otros resultados relacionados con la alimentación”, agregó.Una generación perdida
Pese a los temores de una nueva ola de contagios y muertes por las diferentes variantes del virus, la directora ejecutiva de la Unicef, Henrietta Fore, urgió que los gobiernos nacionales eviten que los menores de edad sigan sin acudir a la escuela por segundo año consecutivo. “Para ello, hay que dar prioridad a las escuelas en los planes de reapertura. Esto significa brindar protección social, por ejemplo, a través de transferencias de efectivo para las familias. Y significa también proporcionar servicios esenciales a las niñas y niños más vulnerables. Solo así podremos evitar una generación perdida”, añadió.Unicef sugiere reabrir parcialmente las escuelas en América Latina
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