Junto con la higiene bucal, ciertos alimentos pueden ayudar a disminuir el riesgo de caries y fortalecer la salud de los dientes y encías
Es tan común que generalmente pasa desapercibido: millones de personas mayores de 30 años conviven con un problema silencioso, una enfermedad periodontal que cerca del 40 por ciento de esas personas padece sin notar síntomas o evidencia. Y aunque el cepillado y el uso de hilo dental siguen siendo pilares de la higiene bucal, la alimentación diaria también desempeña un papel decisivo en la salud de dientes y encías.
Un estudio reciente publicado por la Clínica Mayo, de Estados Unidos, indica que ciertos alimentos pueden tener un efecto directo sobre la salud dental y la prevención de enfermedades periodontales. Según los especialistas, elegir adecuadamente lo que se consume no solo reduce el riesgo de caries, sino que favorece la salud de las encías y vuelve al esmalte más resistente.
Alimentos que protegen la sonrisa
El equipo de odontólogos de la clínica estadounidense recomienda incorporar a la dieta algunos de los siguientes alimentos clave:
- Manzanas. Conocidas como “el cepillo de dientes natural”, ayudan a eliminar residuos y aumentar la producción de saliva.
- Verduras de hoja verde. Aportan calcio, ácido fólico y vitamina K, esenciales para dientes y encías fuertes.
- Zanahorias. Su textura limpia los dientes y estimula la salivación, dificultando el crecimiento de bacterias dañinas.
- Fresas. Ricas en vitamina C y antioxidantes, ayudan a reparar el tejido bucal y combaten los radicales libres.
- Frutos secos. Son bajos en azúcar y ricos en minerales, y protegen el esmalte dental.
- Granos integrales. Aportan magnesio y vitaminas del complejo B, esenciales para una boca sana.
- Queso. Rico en calcio y fósforo, fortalece el esmalte, estimula la producción de saliva y ayuda a eliminar ácidos y bacterias.
Hábitos que dañan los dientes
Además, no todo lo que se consume es beneficioso. Los expertos advierten sobre el impacto negativo de algunos productos cotidianos, especialmente aquellos con alto contenido de azúcar o acidez.
Las bebidas gaseosas y energéticas pueden erosionar el esmalte y debilitar la estructura dental. El café azucarado también supone un doble riesgo: el azúcar alimenta las bacterias y el ácido afecta la superficie del diente. Los especialistas recomiendan usar popote, enjuagar la boca con agua tras el consumo y esperar media hora antes de cepillarse.
Por otro lado, los dulces pegajosos y frutas secas tienden a adherirse al esmalte y favorecer la proliferación bacteriana. En estos casos, un simple enjuague con agua puede ayudar a reducir los residuos.
Los bocadillos ricos en almidón, como papas fritas y galletas, liberan azúcares que se alojan en los dientes, pero acompañarlos con frutas o vegetales fibrosos y agua puede mitigar el daño.
La evidencia científica actual reafirma que una dieta equilibrada y supervisada por profesionales en odontología es clave para disfrutar de los alimentos favoritos sin comprometer la salud bucal.
En palabras del equipo de la Clínica Mayo: “La prevención comienza en el plato tanto como en el cepillo”.
Para tomar en cuenta
Los especialistas destacan que beber agua con frecuencia ayuda a neutralizar los ácidos que contienen algunos alimentos, eliminar bacterias y conservar la salud periodontal a largo plazo.
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