Francisco Alanís, “Sopitas”, estuvo en Querétaro presentando “La música que nos define”, un texto en el que invita a conocer y a entender cómo algo simple, como una canción, tiene el poder de transformar al mundo
Con una afición enorme por los deportes y la música, el periodista y fundador de uno de los portales digitales más leídos de Latinoamérica, Francisco Alanís, “Sopitas”, se enfrentó al cliché de la hoja en blanco y escribió “La música que nos define”, un libro muy ligero, caracterizado por el estilo sencillo del autor que ha dejado una huella significativa en el periodismo digital y la radio en México.
En una entrevista muy casual, interesante y en algunos momentos divertida, “Sopitas” habló sobre sus sueños, sus gustos musicales y la importancia que tiene la música en su vida.
¿Por qué hacer este libro sobre la música?
Quise hacer un homenaje a la música y este obedece a dos inquietudes. La primera, entender o dimensionar que la música es universal, no hay ser humano en este planeta al que no le guste la música, pero en los últimos años, yo creo que el 90 por ciento de cosas relacionadas con la música ocurre en plataformas digitales, se ha vuelto muy intangible, y creo que eso me llevó a pensar que no le estamos dando la importancia que se merece o que tiene en nuestro día a día. Por otro lado, me di cuenta que no había un libro que hablara de música de una manera accesible para todos, porque los libros que existen te piden un conocimiento previo, ya sea de partituras, de artistas o de géneros.
Y la primera pregunta que me hice cuando me senté a escribir el libro, que además es una pregunta que en mis 45 años nunca me había hecho, fue: ¿quién inventó la música?, y luego: ¿cómo hemos llegado hasta hoy y cómo se ha ido transformando?
¿Qué es para ti la música?
Un vehículo muy poderoso que nos permite conocernos, reconocer cómo nos sentimos, conectar con otras personas y comunicarnos de una mejor manera, y eso me parece mágico.
La música nos acompaña siempre, ¿a qué suena el ‘soundtrack’ de tu vida?
Yo creo que el ‘soundtrack’ de nuestra vida va cambiando, porque cuando eres niño lo más probable es que escuches lo que oyen tus papás, al menos en mi caso así fue, a lo mejor hoy eso cambia porque los chicos de ahora ya tienen acceso a plataformas de música y ellos eligen qué escuchar, se ponen sus audífonos y ya, en mi caso era pasar ocho horas de carretera con los mismos discos que eran: José José, Juan Gabriel y, si nos iba bien, The Rolling Stones. Tuve una etapa de Timbiriche y en la adolescencia fueron Mötley Crüe, Nirvana, Poison, Metallica… todo lo que para un niño de 12 años en los 90 era como “rock malo”. Luego descubrí el pop británico con Oasis y Supergrass.
¿Tienes algún género musical favorito?
Mis gustos son muy amplios y muy variados, me he sorprendido a mí mismo diciendo: “órale, ‘Debí tirar más fotos’ es un discazo” o comprando boletos para ver a Dua Lipa. Creo que en México nos da pena o vergüenza decir qué música escuchamos porque nos sentimos juzgados, y creo que no debe ser así, porque la música es tan universal que tendría que ser celebrada, aceptada y disfrutada por todos.
Justo hay un debate ocurriendo entre quienes piensan que los ritmos actuales no son buena música, ¿tú qué piensas de esto?
Yo creo que esta es una discusión que siempre ha existido, dependiendo del género de moda, en los cuarenta era el blues que estaban haciendo los negros, en los sesentas el rock o el rap en los noventa. No lo tenemos tan presente, pero yo recuerdo que George Bush hizo un discurso, en aquella época, en el que decía que el rap estaba drogando a los niños. Es una discusión que es permanente y que va cambiando de ritmos y de géneros, pero creo que toda evolución es buena, porque al final del día sin el blues no existiría el rock y sin el rock no existirían otros ritmos. Cada ritmo va conectando con una generación en específico porque les está diciendo algo.
Regresando a tu infancia, ¿te imaginaste crear uno de los sitios más importantes en los medios? o ¿cuál era tu sueño?
Mi sueño era hacer periodismo deportivo, lo recuerdo bien porque yo tenía ocho años y estaba viendo la inauguración de los Juegos Olímpicos de Seúl 88, y estaba Toño de Valdés y yo decía: “que chingón que ellos están en el estadio y ese es su trabajo, yo quiero hacer eso”. Afortunadamente ha sido una de las metas que he podido cumplir.

¿Qué le dirías a ese niño que veía a Toño de Valdés en la tele?
Síguele dando, aquí hay que seguir, porque yo creo que cuando piensas que ya lograste algo te relajas, y en esta vida debe ser al revés, tienes que seguir evolucionando. El paralelismo que yo siempre hago es poniendo como ejemplo a González Iñárritu, es un gran director de cine, pero si su siguiente película es mala ya no es el mejor, o Cristiano Ronaldo, si falla un penal en la final sigue siendo un gran futbolista, pero falló el penal, yo creo que lo más importante no es lo que hiciste, sino lo que estás haciendo en el presente.
¿Estaba en tus planes hacer un libro o cómo fue este acercamiento con la escritura?
Yo creo que si hace tres años me decías que iba a escribir un libro te hubiera dicho que no, la verdad fue muy rápido, lo hice en siete, ocho meses y la verdad no sé si quiero hacer otro, fue tan intenso, pero a la vez ha sido increíble y no dejo de sentirme muy agradecido y muy afortunado.
¿Cuál fue el mayor reto de escribir el libro?
El proceso creativo, poder darle un orden y una estructura. El primer día me pasó como el cliché y me enfrenté a una hoja en blanco y dije: “no puedo estar así”, hice un esquema y después me senté solo a llenar esos espacios.
¿Cómo ha sido para ti estar en el Hay Festival Querétaro?
Creo que lo más valioso ha sido la oportunidad de escuchar tantas voces, no solo en torno a la música, sino a la cultura en general y encontrar tantos puntos de vista sobre cómo la música y, en general las artes, terminan siendo un retrato de lo que somos como humanidad.
¿Cuál crees que sería el futuro de la música en los tiempos de la IA?
Creo que estamos en el mismo caso de lo que era la música electrónica, pero ahora con la Inteligencia Artificial (IA), en los sesenta. Cuando surgen los sintetizadores se preguntaban cómo es que un sintetizador puede recrear el sonido de una guitarra, y ahora con la IA es algo similar, pero creo que seguimos estando en una etapa temprana y gris para legislar y determinan las reglas, sobre todo de quién es el autor, el de la idea o la máquina que lo ejecuta. Por otro lado, el uso mezquino de plataformas que rellenan espacios con canciones creadas por IA para no pagar regalías a los artistas.
Ahora, ¿cuál es tu sueño a cumplir?
Me encantaría hacer una serie o un documental sobre la música, poder llevar el libro a una plataforma audiovisual.
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