Las nuevas medidas, decididas tras registrarse más de 130 nuevos casos en dos días en la ciudad de Glasgow y sus alrededores, entraron en vigor a medianoche y afectan a unas 800,000 personas
Las autoridades escocesas impusieron el miércoles nuevas restricciones en
Glasgow y alrededores para frenar un rebrote de casos de
Covid-19, mientras el gobierno de Londres revisó una flexibilización en la zona de
Mánchester tras chocar con críticas de dirigentes locales.
País más castigado de
Europa con 41 mil 500 muertes confirmadas por
Covid-19, el
Reino Unido está determinado a actuar localmente contra la
pandemia para evitar otro confinamiento a nivel nacional de desastrosas consecuencias económicas.
Las nuevas medidas, decididas tras registrarse más de 130 nuevos casos en dos días en la ciudad de Glasgow y sus alrededores, entraron en vigor a medianoche y afectan a unas 800,000 personas.
Por ellas se prohíbe recibir en casa a miembros de otro hogar, aunque se trate de familiares, o visitarles en sus viviendas.
Ante la frustración de algunos habitantes por poder reunirse con parientes y amigos en locales públicos pero no en casa,
John Swinney, vice primer ministro de
Escocia, explicó el miércoles en la BBC que
"los contagios en esa zona se están produciendo entre los hogares y no en los pubs y restaurantes", como había ocurrido anteriormente en otras ciudades escocesas como
Aberdeen.
Escocia, nación de 5.5 millones de habitantes con autonomía en materias como salud y educación, también introdujo una
cuarentena de dos semanas para los viajeros procedentes de
Grecia debido al aumento de los casos importados desde sus islas.
En Inglaterra, restricciones similares se habían levantado la víspera en
Mánchester y sus alrededores, pero responsables locales denunciaron este miércoles que era prematuro hacerlo en dos localidades, Bolton y Trafford, donde los contagios siguen aumentando.
El alcalde de
Greater Manchester,
Andy Burnham, pidió a los habitantes de esas zonas que siguiera observando las medidas a pesar de su levantamiento y criticó que estas se mantuvieran en otras localidades con menos infecciones.
Poco después el ministro de
Sanidad, Matt Hancock, anunció que
"en colaboración con los líderes locales tras revisar los datos" decidió mantener las restricciones en
Bolton y
Trafford, un nuevo giro de 180 grados en una gestión de la pandemia criticada como errática.