Aunque este estudio puede detectar anomalías mucho antes de que sean palpables, solo 46 por ciento de las mujeres mayores de 40 años en América Latina se realiza una mamografía anualmente
Con información de EFE
En el marco del mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama, expertos en salud recuerdan que la detección temprana puede aumentar la supervivencia hasta en un 90 por ciento. Este mensaje cobra una especial relevancia en un territorio como América Latina, donde este tipo de cáncer es el más diagnosticado entre las mujeres.
Según datos recientes de Globocan Cancer Observatory, en 2022 se registraron más de 220 mil 124 nuevos casos de cáncer de mama en América Latina y el Caribe, resultando en casi 59 mil 876 muertes, unas cifras alarmantes que subrayan la urgente necesidad de mejorar las tasas de detección temprana y el acceso al tratamiento en la región.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), en sus hojas informativas para los profesionales del ramo, detalla que gran parte de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en etapas iniciales, si reciben el tratamiento adecuado, tienen un buen pronóstico, con tasas de supervivencia a cinco años del 80 al 90 por ciento.
Sin embargo, en muchos países latinoamericanos, las mujeres son diagnosticadas en etapas tardías, lo que complica el tratamiento y reduce las posibilidades de supervivencia.
Aunque pueden ser múltiples los factores, el bajo porcentaje se atribuye, en parte, a la falta de conocimiento y la desconfianza hacia la mamografía (una radiografía de los senos), donde, sorprendentemente, el 51 por ciento de las mujeres encuestadas considera que el autoexamen mamario es el método más efectivo de detección, cuando en realidad la mamografía puede detectar anomalías mucho antes de que sean palpables.
Debido a esto, la OPS recomienda que las mujeres con riesgo promedio de cáncer de mama comiencen a realizarse mamografías a los 40 años, repitiéndolas cada dos años hasta llegar a los 74 años.
Aun en la actualidad, el panorama tiene muchos retos e incógnitas que enfrentar, puesto que, de acuerdo con lo revelado por un estudio reciente de la Fundación Avon, solo el 46 por ciento de las mujeres mayores de 40 años en América Latina se realiza mamografías anualmente.
Un desafío en crecimiento
El desafío para reducir la mortalidad por cáncer de mama en América Latina tiene muchas variables, por eso se requiere implementar y mantener programas de educación y detección precoz, garantizar el acceso oportuno a tratamientos adecuados y eliminar las barreras para la atención médica.
Para 2040, 137 millones de mujeres estarán demasiado enfermas para trabajar a tiempo completo.
Las mujeres, que representan más del 75 por ciento de la fuerza laboral en el sector salud y son las principales tomadoras de decisiones sobre el cuidado familiar, a menudo descuidan su propio bienestar y se enferman un 25 por ciento más que los hombres.
Una batalla que puede superar los 400 mil pesos
El cáncer de mama no es solo un desafío de salud física, sino también uno de salud financiera, pues, como ocurre con otros padecimientos crónico degenerativos, como enfermedades cardiacas o insuficiencia renal, requiere tratamientos prolongados y especializados, que son altamente costosos.
De acuerdo con datos de HDI Seguros, un tratamiento de cáncer de mama puede superar los 300 mil pesos, un gasto extraordinario que, si no se cuenta con un seguro de gastos médicos mayores, puede derivar en deudas difíciles de pagar e incluso en pérdida del patrimonio.
“A esto se suma que, en los últimos cinco años, el costo de atención médica para enfermedades críticas ha aumentado significativamente debido a factores como la inflación médica, el incremento en el precio de medicamentos especializados y el uso de tecnología avanzada en diagnósticos y tratamientos”, advierte Hermann Kohler, director de Gastos Médicos Mayores, en HDI Seguros.
Y el escenario se vuelve más complejo si se tiene en cuenta que en México solo 11 por ciento de la población tiene seguro de gastos médicos mayores, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), lo que deja a prácticamente nueve de cada 10 personas en riesgo de enfrentar problemas financieros graves en caso de una enfermedad crítica.
Con seguro médico vs. sin él
Por ejemplo, si una mujer de 30 a 33 años sin seguro de gastos médicos mayores es diagnosticada a tiempo con cáncer de mama poco invasivo, podría desembolsar aproximadamente 456 mil pesos, tomando en cuenta gastos en biopsia con tomógrafo (47 mil pesos), cinco ciclos de quimioterapia (102 mil 200 pesos), tres sesiones de braquiterapia (260 mil pesos) y 25 sesiones de radioterapia externa (46 mil 800 pesos).
En caso de tener contratado un seguro, con una suma asegurada reinstalable, los gastos siempre estarán cubiertos, por lo que esa misma persona habría pagado el costo del seguro anual, que es aproximadamente de 25 mil pesos, ahorrando así más de 300 mil pesos.
