La “compra en línea y recogida en tienda”, los envases reutilizables, los “superalimentos” enriquecidos con nutrientes y las etiquetas inteligentes que informan sobre el estado de la comida son algunas tendencias que marcan el futuro de este sector alimentario que registra una demanda creciente
En los últimos años, la oferta de comidas preparadas en los supermercados ha crecido de forma generalizada, a raíz de una demanda en aumento, impulsada tanto por los jóvenes, que prefieren este tipo de platos porque no disponen de tiempo para cocinar, como de las personas mayores, que buscan alternativas menos laboriosas para alimentarse, por cansancio o comodidad.
Otro factor que impulsa el auge de las comidas preparadas, principalmente en las ciudades, es la creciente cantidad de hogares habitados por una o dos personas, un fenómeno que abarca a jóvenes y mayores, y que impulsa a muchas personas a adquirir platos preparados en lugar de “ponerse a cocinar”, según los expertos en tendencias del comercio minorista.
Este aumento de la demanda se refleja en los supermercados que abren y optimizan secciones de comida preparada y en la proliferación de locales especializados en comidas para llevar, que ofrecen opciones variadas y de calidad para satisfacer a un público cada vez más exigente, según los especialistas de la firma tecnológica Checkpoint Systems (abreviado ChSy).
Comida preparada: pasando de ser la excepción a la regla
“El sector de las comidas preparadas está a las puertas de una revolución total impulsada por los cambios en las preferencias y necesidades de unos consumidores que están redefiniendo la oferta”, señala Emanuele Soncin, director de unidad de negocio de ChSy, en España.
Este fenómeno se ve reflejado en la reestructuración y el rediseño de espacios, y la creación de áreas específicas y prácticas para la venta de comidas preparadas que acometen los supermercados, y en la proliferación de locales especializados en comida para llevar, que ofrecen menús diversificados, desde platos ‘gourmet’ hasta recetas caseras, según Soncin.
En la actualidad, el consumo de comida preparada consta de unos 17 kilogramos por persona al año de media, en países como España, pero podría seguir en ascenso, según las tendencias que moldean el futuro del sector identificadas por ChSy (https://checkpointsystems.com).
Cocina casera y gastronomía extranjera
Los consumidores buscan platos preparados que combinen sabores auténticos y potentes, sean saludables e incluyan ingredientes frescos, bajos en grasas y nutritivos, lo que ha conducido a los establecimientos a ampliar la oferta de recetas tradicionales y exóticas adaptadas a diferentes preferencias, como opciones veganas, sin gluten o bajas en calorías.
Así, cada vez será más usual encontrar platos “listos para calentar” y “listos para comer”, desde raciones y comida mediterránea hasta especialidades de todo el mundo, como sushi, poke, tacos y burritos, de modo que no haga falta cocinar en casa, según ChSy.
Aumentar la sostenibilidad, reducir desperdicios
Los consumidores valoran cada vez más las prácticas sostenibles, lo que empuja a los supermercados a adoptar medidas ecológicas en sus secciones de comidas preparadas, como el uso de envases biodegradables o reciclables, o la priorización de proveedores locales para reducir la huella de carbono relacionada con el transporte de los productos desde su origen.
Para reducir el desperdicio alimentario, los supermercados utilizan herramientas tecnológicas como el RFreshID, una etiqueta inteligente que utiliza ondas de radio para identificar, en cualquier etapa de la cadena de suministro, aquellos productos frescos cuya fecha de caducidad está próxima, lo cual permite ofrecerlos en promociones antes de que caduquen.
Las comidas preparadas están en auge tanto en España como en Estados Unidos y Latinoamérica, mientras que la aplicación de la tecnología RFID, tanto en los ‘retailers’ como en los envases que contienen platos preparados, está más avanzada en EUA, señalan los expertos de ChSy.
Envases reutilizables identificados por radiofrecuencia
La incorporación de la tecnología RFID a envases reutilizables, así como a bandejas, cubiertos y ‘tuppers’, permite a los supermercados visibilizar al instante el inventario de todo lo necesario para los platos preparados informando a los empleados acerca de la procedencia y el volumen de uso de cada unidad identificada, según ChSy.
Las etiquetas RFID, resistentes al calor y al agua, facilitan el seguimiento y localización de los envases a través de una base de datos automatizada, informando sobre el tipo y la cantidad de envases disponibles, alertando sobre la necesidad de reponerlos y permitiendo localizar aquellos desechados accidentalmente.
Comidas accesibles desde una ‘app’
La mayoría de los supermercados y locales especializados podrían implementar ‘apps’ móviles y plataformas en línea que les permitan a los clientes realizar pedidos anticipados, personalizar sus platos y programar la “‘compra en línea y recogida en tienda” (‘click and collect’) o entregas a domicilio, según adelanta ChSy.
Añade: “Esta integración de servicios digitales satisfará las necesidades de los entornos urbanos, con ritmos de vida acelerados, y aportará a los consumidores información transparente sobre los ingredientes, procesos de elaboración y valores nutricionales, de los platos preparados”.
“Superalimentos” y enriquecimiento nutricional
El futuro de la comida preparada también estará marcado por la incorporación de “superalimentos” (también conocidos como alimentos funcionales) y platos con alto valor nutricional, que incluirán ingredientes con propiedades saludables como quinoa, chía, kale, cúrcuma y jengibre, o serán enriquecidos con proteínas, vitaminas y probióticos, dirigidos a consumidores que valoran su salud, según Checkpoint Systems.
Biosensores que muestran el estado de la comida
Otro avance que previsiblemente impulsará el sector de los platos preparados son los biosensores que muestran al instante el estado de frescura de los alimentos y que cambian de color cuando detectan la actividad bacteriana relacionada con la descomposición de dicha comida, como los desarrollados por la firma de biotecnología Oscillum (www.oscillum.com).
La información visible que ofrecen estos biosensores, que se adaptan tanto a productos envasados como no envasados, como la carne, el pescado y otros alimentos frescos, ayuda a solucionar el problema de la confusión en torno a las fechas de caducidad, reducir el desperdicio innecesario de alimentos en buen estado y disminuir el riesgo de intoxicaciones alimentarias.
Estos biosensores, o “etiquetas inteligentes”, convierten al envase en una fuente activa y fiable de datos que guía las decisiones de consumo, señala Granado, en referencia al sistema Addvibe® BLACK, cuyos creadores (Pilar Granado, Pablo Sosa Domínguez y Luis Chimeno) han ganado el Premio del Público a los Jóvenes Inventores 2025 de la Oficina Europea de Patentes (OEP).
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