El Día Internacional de la Mujer, que se conmemora cada año el 8 de marzo, visibiliza la lucha de las mujeres en busca de igualdad, justicia, paz y desarrollo.
Adicionalmente, sirve como un llamado a exponer que esta lucha sucede todos los días en diferentes espacios de la vida privada y pública, pues la participación de las mujeres en la sociedad y el pleno ejercicio de sus derechos no es una realidad todavía.
En México hay 52.3 millones de mujeres y 46.5 millones de hombres que tienen más de 15 años, solo el 43 por ciento de estas mujeres se encuentra económicamente activo, mientras que el 75 por ciento de los hombres está en esta condición.
El hecho de que menos mujeres trabajen o busquen un trabajo se puede explicar, entre otras cosas, por la sobrecarga de otras actividades no remuneradas, como el cuidado a adultos mayores, el trabajo del hogar, el acompañamiento a menores de edad o la organización del hogar. La violencia doméstica y la inseguridad pueden ser otras dinámicas estructurales que expulsan a las mujeres del mercado laboral.
Con más frecuencia las mujeres ocupan posiciones con menores remuneraciones, casi nunca están en puestos de liderazgo y, aún cuando tienen la misma posición que algún hombre, en gran parte de los casos, reciben menor pago.
De acuerdo con el INEGI, se observa una vulnerabilidad salarial importante en la población ocupada femenina: 42 de cada 100 mujeres en México perciben ingresos que no superan un salario mínimo mensual.
Esta cifra para la población ocupada masculina es significativamente menor: 29 de cada 100 hombres están en este grupo de ingresos.
Las funcionarias y directoras ganan en promedio 111 pesos cada hora, mientras que los hombres en estos puestos perciben 126 pesos.
Por su parte, las trabajadoras industriales y artesanas ganan 34 pesos por hora, al tiempo que sus pares ingresan 43 pesos por hora en promedio.
La brecha salarial y la precarización intensificada por género son dos problemáticas persistentes que reflejan que, aunque cada vez más mujeres se unen al mercado laboral y aportan a la producción nacional, siguen haciéndolo con mayor vulnerabilidad.
Ser mujer y escalar laboralmente es complicado si se es madre e incluso aunque no se sea, porque en algún momento puedes serlo. En México la brecha salarial puede alcanzar hasta 40 por ciento para las mujeres que son madres, de acuerdo con el estudio El efecto de la maternidad en el empleo y los salarios en México, del Colegio de México, pues ellas realizan poco más del 70 por ciento del trabajo en casa no remunerado.
Solo dos de cada 10 puestos de dirección los ocupa una mujer y cerca del 64 por ciento de las mujeres que son directoras no tienen hijos.
Así como en los espacios públicos, los centros de trabajo pueden representar otro espacio más en donde las mujeres pueden experimentar hostigamiento, acoso, abuso sexual y otros tipos de violencia.
Desde que el movimiento #MeToo llegó a México en 2017, cientos de mujeres compartieron sus testimonios que reflejan que los colegas, los jefes y los compañeros de oficina ejercieron algún tipo de violencia sobre ellas, pero también quedó expuesta la falta de protocolos y mecanismos de protección en los lugares de trabajo.
Y aunque hay múltiples expresiones de violencia laboral, las mujeres con mucha más frecuencia enfrentan agresiones sexuales: en México, el 54 por ciento de las trabajadoras ha sido víctima de violencia sexual en el ámbito laboral.
Algunas versiones sitúan el origen de la celebración en las protestas del 8 de marzo de 1857, cuando miles de trabajadoras textiles fueron reprimidas por salir a las calles de Nueva York para exigir jornadas laborales de 10 horas y el fin del trabajo infantil.
Uno de los episodios más trágicos que evidenció las deplorables condiciones en que trabajaban muchas mujeres ocurrió el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, en Nueva York, que cobró la vida de 123 mujeres, debido a que cuando estallaron las llamas, las puertas de la fábrica se encontraban cerradas.
El 3 de mayo de 1908, se llevó a cabo en Chicago una ceremonia por el día de la mujer, que sirvió de preámbulo para que el 28 de febrero de 1909 se celebrara en Nueva York, por primera vez, el Día Nacional de la Mujer.
Un año después, en 1910, tuvo lugar la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, con el objetivo de promover el sufragio universal femenino.
Durante el evento, se aprobó proclamar de manera oficial el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora para honrar la memoria de las mujeres fallecidas en las luchas sindicales de EUA.
A la exigencia del derecho al voto para las mujeres, se agregó la del derecho al trabajo y a la educación profesional, a ocupar cargos públicos y a la no discriminación laboral.
Como protesta ante la ola de violencia de género y feminicidios en México, colectivos feministas convocan al paro nacional Un día sin nosotras 2022, cuyo objetivo es simular la desaparición de toda la población femenina en el país, frenando por un día su participación en espacios laborales, económicos, comerciales y educativos.
Esta iniciativa se realizó por primera vez en el 2020, logrando un contraste entre el 8 de marzo, cuando miles de mujeres salieron a las calles a marchar por sus derechos, y el 9 de marzo, cuando el espacio público se quedó sin ellas.
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