Orgullo de Querétaro y México, Dorian Trejo trabaja todos los días, física y mentalmente, para ganar su boleto a los Juegos Olímpicos de 2028
Dentro de la lucha olímpica, el nombre de Dorian Emmanuel Trejo Olguín resuena en cada competencia y ya ha quedado escrito en el muro de los ganadores.
Orgullosamente queretano, Dorian conoció, casi por casualidad, la lucha grecorromana, disciplina que dominó desde el primer día que estuvo sobre el tapiz, con una naturalidad que se ve poco.
Lo demás es una historia de éxito que se continúa escribiendo y que está lejos de terminar, pues, con apenas 18 años, Trejo Olguín seguirá dando batalla y trayendo medallas para Querétaro y para México.
Este 2025 Dorian fue reconocido con el Premio Estatal del Deporte en la categoría Deportista de primera fuerza, como recompensa a su esfuerzo y dedicación, que se han traducido en innumerables victorias y decenas de medallas obtenidas, convirtiendo a Querétaro en el referente nacional de su disciplina.
Pero no todo ha sido fácil: sacrificios, incontables horas de entrenamiento físico y mental, así como el trabajo de sus entrenadores y el apoyo de sus padres han formado parte del camino hacia la victoria.
Pero hoy el siguiente objetivo para Dorian es claro: Los Ángeles 2028.
¿Cómo empiezas a practicar lucha grecorromana?
Empiezo por Samuel Gurría Vigueras; él fue quien me introdujo al deporte.
Yo de muy chico era hiperactivo, así que mi mamá me metió primero a que practicara americano, estuve cuatro años ahí y en tochito, pero a mí no me gustaba. Un día le dije a mi mamá que ya no quería ir y me dijo: “Está bien, no vayas”.
Vivíamos en Casablanca y un día vi en el segundo piso de una casa un octágono de UFC, me llamó la atención y le dije a mi mamá que quería entrenar y practicar lucha. Mi mamá me inscribió, mi primer profesor me dio clases de box y luego otro que se llama Adrián, y de ahí llegó Samuel, quien también practica lucha, y me dijo: “Te veo muy bien, tienes aptitudes para ser luchador. Voy a hablar con tu mamá para que te lleve al (Querétaro) 2000 con ‘el profe Linares’ (Juan Carlos Linares)”, quien actualmente es mi entrenador.
Mi mamá me llevó como a los dos días. “El profe” me vio, me puso a practicar luego luego; entrené y me gustó.
Mi primera competencia, no recuerdo si la gané o la perdí, fue en categoría escolar, pero de ahí en adelante solo recuerdo que fui ganando y ganando hasta llegar a donde estoy hoy.

¿Qué es lo que más te gusta de la lucha grecorromana?
La adrenalina y que te enseña a que no solo es luchar en el colchón, sino luchar en la vida, que es lo de siempre.
Estuviste en Europa hace poco tiempo, ¿a qué competencias asististe?
Fuimos al Mundial sub-23 en Serbia, en la ciudad de Novi Sad. Perdí en la primera pelea contra Irán, pero como no son de mi edad, todavía sentí que estamos bien preparados, pero como que nos falta, como que más la lucha en par terre (lucha en el suelo), pero de arriba estamos bien.
¿Consideras que hay diferencias entre la lucha que se practica en América y la de Europa?
Sí, es diferente, porque en Latinoamérica somos más de hacer tácticas y técnica, entonces, somos un poco más pasivos, es decir, buscas técnicas y qué más puedes hacer, y en Europa es más agresivo e intenso el combate desde el inicio. Ellos buscan la primera pasividad para ponerte en el suelo. Esa es la diferencia, que es más intenso y que siempre buscan lo que sea.
¿Tienes alguna otra competencia en puerta para este 2025 y cómo sientes tu preparación para esta?
Sí, en diciembre, del 5 al 7, voy a Panamá, al clasificatorio para los Juegos Centroamericanos y del Caribe. No me siento nervioso, ni con miedo, estoy alegre por la oportunidad de clasificar la plaza y quiero ser yo quien la consiga, pero creo que ya estando ahí van a empezar un poco los nervios; el miedo, no, porque tengo la cabeza bien trabajada, pero los nervios son lo de siempre.
¿Cómo describirías este deporte a alguien que lo confunde con la lucha libre mexicana?
Les diría que también hay llaves y técnicas, pero que acá sí es de verdad. Los golpes y el contacto son reales, no es un ‘show’. Cada quien tiene su pensamiento y no lo vas a cambiar, y es mejor no pelear con las personas. ¿Qué papel consideras que juega la salud mental en este deporte?
Mucho, porque, aunque tú lleves una preparación de años, si para el combate no tienes bien trabajado el tema del miedo o los nervios, y dejas que eso te gane, pierdes lo que ganaste con los meses de preparación y puedes hasta perder el combate. Muchas veces es el miedo la pared que te detiene del éxito. Entonces, si no tienes una mente trabajada, la preparación de uno o dos años no sirve de nada.
¿Trabajas el tema mental con los psicólogos del Indereq?
Sí, tenemos psicólogos, pero la verdad yo no me acerco a ellos, porque soy más de entrenar, irme a casa y platicar con mi mamá, porque soy más abierto con ella, así que mi psicóloga casi casi es mi mamá, su nombre es Nuria Marlén Olguín Sánchez, quien además es la patrocinadora de todo; como se dice: los papás son los patrocinadores, pero mi mamá un poco más.
¿Cómo recuerdas tu participación en los Juegos Panamericanos en Asunción 2025?
Muy emocionado, porque nunca había ido a unos juegos y es completamente diferente a todo, porque había ido a Panamericanos y a Mundial, pero a unos juegos nunca, son mucho mejor, porque ves a todos los deportes de todos los países, los comedores, las instalaciones, cómo te tratan, el que te den uniformes... Me encantó y todavía me quedan unos juegos y quiero ganarlos.
¿Cómo recuerdas el haber subido al podio en los Panamericanos Junior Asunción 2025?
Teníamos la expectativa del oro, pero no se dieron las cosas, pero en el podio me sentí un poco frustrado por no ganar la medalla de oro, pero después vi mi plata y pensé: “Si no fue para mí la de oro, me toca esta, y la próxima será la de oro, porque trabajé mucho para el oro”. Sí, me frustré, pero lo dejé ir, porque no puedes estar quedándote con una cosa, porque ya pasó y mejor hay que entrenar y ser mejor cada día.
Tienes 18 años, ¿has dimensionado todo lo que has logrado a tu edad?
Voy a cumplir 19 en este mes, pero la verdad, no. A veces ni siento que tengo 18, porque siempre convivo con gente más grande, de 25 o 26, y todos me dicen que me veo más grande. A veces me frustro por no ganar algo, pero luego recuerdo que soy joven y me queda mucho camino.
¿Qué tanto has sacrificado por este deporte?
Sí he sacrificado mucho, pero no lo veo como tal, porque a mí me encanta mi deporte y le agradezco mucho al deporte por darme muchas cosas, entonces, no lo veo como sacrificio. Siempre he dicho que voy a poner a mi deporte por encima de todo, menos de mi familia.
¿Cómo te enteraste de que fuiste elegido como ganador del Premio Estatal del Deporte?
Estaba en Europa, preocupado porque ya se me iba a acabar la beca y de la nada me llega un mensaje de Instagram: “Felicidades”, y yo: “¿Por qué?”, y me contesta: “Porque ganaste el Premio Estatal del Deporte”. Le marqué a mi mamá y ella lloró de felicidad. Fue una gran sorpresa y una gran ayuda, porque el dinero siempre es un gran apoyo para los deportistas.
¿Cuál es el sueño de Dorian Trejo?
Estar en unos Juegos Olímpicos. Ese es el sueño y la realidad que va a ser. Le tenemos que apostar a Los Ángeles 2028 y ¿si no?, nada… Vamos a estar ahí, sí o sí.
¿Cuál es tu primer recuerdo de la lucha?
Una competencia en Hidalgo, ahí lloré porque extrañaba a mi mamá como todo niño, pero ya después, me divertí mucho con mis amigos en el hotel y con la comida. Lo recuerdo feliz.
¿Qué se siente subir a los podios?
En los nacionales, es felicidad, pero también un poco de ego y orgullo. En los internacionales, como los Panamericanos, es mucho más orgullo por subir con la bandera y tener a México en la espalda.
Woody Allen, genial y controvertido
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