Durante años, caminar 10 mil pasos al día se consideró como una especie de mantra del bienestar físico; sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista “The Lancet Public Health” sugiere que los beneficios para la salud podrían alcanzarse con muchos menos pasos
Según el estudio, caminar aproximadamente 7 mil pasos al día sería suficiente para obtener mejoras significativas en la salud, sin necesidad de llegar a la cifra más popular.
El análisis, que revisó datos de 57 estudios previos, encontró que incluso una actividad física moderada como caminar se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, demencia, diabetes tipo 2, síntomas depresivos e incluso cáncer.
Las personas que caminaban 7 mil pasos diarios, lo que equivale a unos cinco kilómetros, presentaban un 47 por ciento menos de riesgo de muerte en comparación con quienes solo alcanzaban los 2 mil pasos.
“Caminar 7 mil pasos al día es tan importante como tomar los medicamentos adecuados”, dice el Dr. Joshua Knowles, cardiólogo de Stanford Health Care.
Moverse es la clave
Durante décadas, la recomendación de los 10 mil pasos fue repetida como un estándar de salud, pero sin una base científica sólida.
Según la epidemióloga de la Universidad de Sídney Melody Ding, autora principal del nuevo análisis, esta cifra “no tiene evidencia que la respalde” y probablemente nació como una estrategia de mercado y no como una recomendación médica.
El estudio indica que, a partir de los 7 mil pasos, los beneficios tienden a estabilizarse. Por ejemplo, aumentar la caminata de 2 mil a 4 mil pasos diarios se asoció con una reducción del 36 por ciento en el riesgo de muerte. Aumentar la caminata de 4 mil a 7 mil pasos da una reducción adicional del 17 por ciento. Más allá de esa cifra, los beneficios adicionales fueron mínimos.
“No hay daño en caminar más”, dice la epidemióloga Hannah Arem, del MedStar Health Research Institute en Washington, “pero no es necesario obsesionarse con los 10 mil pasos. Nadie debería sentirse culpable si no los alcanza”.
Uno de los hallazgos más destacados del análisis fue una disminución cercana al 40 por ciento en el riesgo de desarrollar demencia entre quienes caminaban 7 mil pasos diarios, en comparación con quienes apenas llegaban a los 2 mil.
Aunque aún no se comprende del todo el mecanismo biológico detrás de esta relación, el Dr. Nikhil Palekar, director del Centro de Excelencia en Alzhéimer de Stony Brook, explicó que caminar estimula el crecimiento neuronal, mejora el flujo sanguíneo cerebral y reduce la inflamación neurológica.
Intensidad, más allá de la cantidad
Aunque la cantidad de pasos cuenta, los especialistas advierten que la intensidad también juega un papel relevante.
Caminar a buen ritmo, incluir cuestas, escaleras o variaciones en el terreno puede amplificar los beneficios para el sistema cardiovascular y el cerebro.
Por otra parte, el conteo de pasos es una herramienta accesible, especialmente en una era dominada por dispositivos inteligentes que permiten registrar la actividad sin esfuerzo.
No obstante, los expertos aclaran que los estudios como este no pueden establecer causalidad, es decir, no prueban que caminar en sí mismo cause una mejora en la salud, ya que las personas más activas también suelen tener estilos de vida más saludables en general.
Aun así, la conclusión es clara: moverse, aunque sea un poco, importa. “Cualquier paso es bueno”, resumió el Dr. Seth Martin, cardiólogo de Johns Hopkins Medicine.
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